10 de agosto de 2008

De los polis.

En la plaza contrataron a un nuevo poli y, para no quedar mal con grupos anti discriminación, el nuevo poli cojea. Con esta nueva adquisición ya tenemos un poli viejito, muy viejito, uno panzón con aires de galán (latin boiler a todo lo que da), una chava flaquísima y como de 1.55 y ahora un hombre de unos 45 ó55 años y cojo.

Evidentemente esto ha sido motivo de habladurías muchas entre mis clientas, quienes entre broma y broma terminan, casi siempre, discutiendo de la policía preventiva, la de tránsito y hasta la AFI. La sra. Lourdes, contadora jubilada y ahora ama de casa de 62 años, opina que lo que México necesita es otro Presidente porque el nuestro nos quedó chiquito, Norma, publirrelacionista de 31, dice que más bien lo que se necesita es armar un perfil de qué es lo que se busca en un policía y crear buenas oportunidades laborales. Mientras dicen esto, Anel, tinturista de 26 años que no terminó 3° de primaria pero que se embolsa a la semana más de seis veces lo que yo me embolso (y eso que pasaré a 5° semestre de la carrera), sale con la conclusión más brillante: Lo que México necesita es que los policías no sean todos los que no pudieron ser otra cosa.

23 de julio de 2008

Aclaración 1


Después de presentarle la idea a un buen amigo en cuya opinión editorial confío muchísimo, creo pertinente aclarar que en ningún momento pretendo forzar el aterrizaje de los clásicos. Mi clientela se compone, en su gran mayoría, por mujeres profesionistas; en el salón el cliché de las pláticas sobre relaciones amorosas e hijos no funciona.

Con esto no quiero decir que todas mis clientas estén armadas con muchos títulos y posgrados, obvio también hay aquellas que no los tienen pero que igual viven la política día a día.

Al fin y al cabo, creo que, como dice Enrique Florescano: "La política es lo que más importa a los mexicanos
porque de la buena conducción de ésta depende la estabilidad del Estado." y siempre es grato darte cuenta de que le están esmaltando las uñas a Bobbio...


21 de julio de 2008

Empezando

Este experimento comienza después de la sugerencia de un completo desconocido en un Starbucks. Veamos qué sucede con la idea de un arquitecto, apoyada por un ex-periodista y realizada por una politóloga en construcción que ahora se encarga de un salón de belleza.

Supongo que esto será como un seminario de perspectivas políticas pero dictado por señoras mientras les hacen las uñas o el cabello, hahaha.

A ver qué pasa...